turismofobia

Los datos desmienten el bulo del Govern sobre la masificación en Baleares: 3,5% menos de turistas en 2022

Baleares masificación turística
Colas de turistas en el aeropuerto de Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Los datos desmienten el bulo del Govern que lidera Francina Armengol sobre la masificación turística de Baleares. Según el INE, 13,2 millones de turistas internacionales visitaron las Islas el año pasado, un 3,5% menos que en 2019, antes de la pandemia.

Unas cifras que ponen en evidencia la campaña de desinformación que durante todo el verano estuvo desplegando la coalición de gobierno de socialistas, independentistas de Més y Podemos.

Si se comparan los datos con el año previo a la pandemia, el gasto turístico aumenta en 377 millones de euros, a pesar de que llegaron 476.000 visitantes menos.

Estas estadísticas dejan en muy mal lugar las manifestaciones realizadas por Armengol, que antes incluso del arranque de la pasada temporada turística y tras dos años de pandemia que hundieron la cifra de viajeros y la principal y casi única industria de Baleares, afirmaba que era «consciente de la masificación turística y los problemas que genera», apostando por «equilibrar y mitigar».

Secundaba a Armengol el conseller independentista de Medio Ambiente y Territorio del Govern balear, Miquel Mir, que sin datos en la mano afirmaba este verano que en Baleares se habían «sobrepasado los límites de una manera bastante notable», mientras emitía informes negativos que llevaban al cierre a una decena de chiringuitos del litoral balear.

También se subía al carro de la turismofobia del Ejecutivo balear, el propio portavoz socialista del Govern, Iago Negueruela, al asegurar que «en los meses de julio y agosto» hay sensación de saturación y apuntar que el Ejecutivo habría adoptado medidas para revertir este modelo, como por ejemplo, la congelación de plazas turísticas durante cuatro años.

Por no hablar de las manifestaciones realizadas por la directora insular de Turismo del Consell de Mallorca, Lucia Escribano (PSOE), que en declaraciones a diversos medios de comunicación británicos, entre ellos The Sun, aseguraba en la World Travel Market (WTM) de Londres, que «los turistas británicos no eran bienvenidos en Mallorca».

O el posicionamiento en la misma línea de la diputada y coordinadora de Podemos en Baleares, Antònia Jover, que calificaba como vergonzoso que «hubiese barrios de las Islas por donde no se puede ni caminar y cuando no hay sitio en las playas para poner la toalla. Hace falta trabajo digno en invierno, hace falta diversificar la economía», decía utilizando la clásica coletilla sin proponer nada.

Un verano en el que hasta los regionalistas del PI en Baleares, que no forman parte de la coalición de gobierno en Baleares aunque con Josep Melià al frente aspiran a ello la próxima legislatura, se apuntaron a la turismofobia del Govern de Armengol, instando al Ejecutivo autonómico a combatir «la saturación turística».

Pero los datos están ahí: 476.000 visitantes menos en 2022, con 32,6% de los viajeros que visitaron las Islas durante 2022 procedentes de Alemania y el 25,5%, de Reino Unido.

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